domingo, 21 de diciembre de 2014

El sonido invernal de las dehesas. Grullas del norte.




La dehesa es un ecosistema que se debe a la mano humana del que se tiene conocimiento desde tiempos anteriores a los romanos. Su desarrollo ha sido muy lento y equilibrado hasta el siglo XX. 

Hoy por hoy está seriamente amenazado ese ecosistema por tantos enemigos que mi ánimo no me permite enumerarlos.

Quiero centrarme en los sonidos invernales de las dehesas, sonidos antiguos porque hasta ellos están cambiando de forma alarmante.



Un hacha acompasada que saca leña de encinas y alcornoques (hoy las motosierras chirrian insoportablemente). El gruñido de algunas piaras de cerdos,  puntuales balidos de ovejas, alguna cabras y diversificado ganado bovino. Hoy las ovejas andan por todas partes atacando los nervios con sus balidos incansables,  como incansable parece ser la  sobrexplotación ganadera de la dehesa  que está agotándola a ojos vista. 

La quietud y el sosiego de las dehesas en invierno son cosa del pasado, como del pasado es la melodía que se expandía por el limpio y frío aire que arrutaba a todo el mundo menos a las autoras de tan hermosos cantos; las grullas que vienen del norte de Europa. 

Las grullas pueden considerarse un bioindicador de la salud de las dehesas. Precisamente por eso hablo en pasado, porque si bien, aún hoy, en algunos lugares se pueden seguir escuchando sus cantos son espacios relictos en claro peligro de extinción.















No cuenten muchas décadas y veremos como las grullas paulatinamente van dejando de utilizar las dehesas como su despensa invernal tradiconal porque hay pocas bellotas qué comer. Las bellotas que quedan están disputadisísimas por el ganado de cabaña, así como por el ganado de caza mayor ( y bien digo ganado porque como tal se crian). Las dehesas más recónditas están atestadas de jabalíes, ciervos y gamos que nutren las batidas de cazadores opulentos y dónde las grullas no meten ni el pico. Bueno ni las grullas ni nadie que no tenga la cartera sumamente saneada, o algún "patricio" a halagar y convencer.

Aquí les dejo algunas imágenes de grullas en las dehesas, tomadas entre 2008 y 2009. Les pido disculpas por la calidad de las fotos ya que están sacadas de un vídeo.

Esos lugares ya no existen. Las encinas han sido taladas o arrancadas para sembrar olivos. La política ha decidido una enésima parcelación de las Vegas Altas del Guadiana y sembrar olivos a diestro y siniestro, trocando el paisaje adehesado en una versión chocante de paisajes jienenses.. El olivo es un árbol exclusivo y su cultivo no permite ningún tipo de competencia vegetal a su vera. Por eso los olivares resultan tan monótonos y lacios a la vista, al oido y al olfato.

Igualmente les dejo un vídeo para que escuchen el precioso canto de las grullas, tomados bajo una encina que estaba herida por la seca y que hoy no es más, que un triste esqueleto. 

Las grullas son criaturas inteligentes a la par que elegantes y van optando por alimentarse en los rastrojos de arroz,  maiz, girasol..., cuando no forrajean, con el disgusto de los agricultores que hacen lo posible por alejarlas de sus predíos. Sin tranquilas dehesas en las que alimentarse, con el alma en vilo en sus actuales comederos las grullas igual se piensan quedarse en tierras más amistosas y dejar a los broncos espacios íberos a solas y en silencio con sus desabridos modos.







No sería cierto ni justo atribuir todos lo problemas que aquejan a las dehesas y a las grullas a los propietarios de esas tierras, según yo lo entiendo y aunque todos tengamos una parte alícuota de responsabilidad, el vicio viene de una malísima gestión administrativa y política o política y administrativa, de un bien común que es el patrimonio natural.


Tanto el vídeo como las imágenes han sido tomadas por P. Iglesias.

Feliz Navidad 2014.





Les deseamos este precioso ciprés de maceta y el Espíritu de Árbol unas felices y saludables Navidades, sin olvidar los parabienes para el año 2015 que viene.

jueves, 18 de diciembre de 2014

Castaño Quemado



Pié quemado de un castaño

Apreciar la fuerte pendiente del terreno


Sofisticado diseño en la madera quemada


Por un lado la madera parece definir unas rosas y por otro el perfil de un bóvido.

Hongos comedores de madera


Arriba de lo que quedó del tronco, en un hueco la vegetación se abre paso y ocupa lo que parece un macetero.

La madera sujeta las piedras del terreno y se sujeta en ellas.

Las raíces quemadas se hunden en la tierra.



Distintas imágenes de las raices quemadas abrazadas a la tierra.


Existe una frase cuyo autor no está muy claro, aunque algunos lo atribuyen a Leonardo Da Vinci, que dice: Sólo se ama lo que se conoce.  Evidentemente resulta imposible amar algo de lo que no tenemos la más mínima noción.

Y todo esto para decirles lo mucho que amo a los árboles conforme más los voy conociendo. Bien es cierto que entre ellos y yo, desde mis tiempos infantiles se estableció una relación de atracción sin mucha explicación. Pero ya saben ustedes que en cuestiones de amor nadie sabe nada y sin embargo todos dogmatizan sobre él. 

Un tronco quemado en un castañar de la sierra de las Villuercas (Cáceres) es hoy el héroe de esta hoja en el Espíritu de Árbol.

Observándolo, él me explicaba la importante función que sigue cumpliendo en la naturaleza:

Sujeta firmemente  la tierra para que no se derrumbe porque el lugar tiene una pronunciada pendiente. Da alojo a multitud de animalitos que en su tronco tienen su despensa y su hogar, reptiles, pequeños mamíferos como las musarañas o los ratoncillos de campo, insectos. Permite que los hongos comedores de madera vivan y cumplan su importante misión. Y finalmente abona la tierra que sujeta.


Seguramente han oído hablar ustedes de los corrimientos de tierra y no soy yo, sino la Organización Mundial de la Salud  (OMS) quien atribuye como una de las primeras causas de esos deslizamientos que tan mortales para las personas son, a la desforestación del terreno y la consiguiente erosión del mismo, dicho de otro modo, al hecho de arrancar árboles a diestro y siniestro sin preocuparse de reemplazarlos por otros. 

En este caso que les explico, de no estar ese tronco quemado cohesionándola, la tierra se desplomaría sin duda alguna. 

Guardando mi inestable equilibrio, me acerqué a él con todo respeto y cariño y le prometí que como buen paladín de la madre Tierra, tendría su hoja en este medio como ejemplo y enseñanza de su misión más allá de la muerte.

domingo, 14 de diciembre de 2014

¿Arte?




Foto de archivo tomada de la red.

No acabo yo de ver el arte en este tema. Ni comprendo la manía de algunos de pintarrajear algo tan hermoso como un árbol, que para lucir su hermosura solo necesita que lo dejemos en paz.