domingo, 28 de julio de 2013

Dos historias de Pinos.



Hace unos días estando en una ciudad cualquiera de este planeta, vi dos escenas curiosas protagonizadas por  pinos.

El primero es un pino piñonero Pinus pinea, muy esbelto él, de bonita y redondeada copa en torno de dos ramas en que a media altura se dividían del tronco del madre.  Justo entre esas dos ramas un ramillete de hojas verdes de yedra, agarradas a la vida en un lugar un tanto insólito para nacer.. Sin duda la semilla fue transportada por algún pájaro y las raíces han prendido en el árbol, todos sabemos que la yedra o hiedra se agarra a paredes y se lía a los troncos de los árboles siempre y cuando haya nacido en tierra bien regada. Mi duda es de dónde obtendrá el agua para seguir viviendo. 

A poco que tenga una oportunidad, la vida nace en cualquier parte.







La otra historia de pinos tiene como protagonista a un pino resinero Pinus pinaster, aunque todos los pinos tienen resina claro es. Bien, pues este estaba en una una calle con magnífica masa arbórea, bien cuidado y aislado.

A media altura del tronco una Y griega tallada indicaba que a este pino se la había extraído resina. De entre los pinos, el resinero es el más utilizado para este fin.

La resina es un exudado de células vivas producidas en la parénquima de la albura de los árboles.

Se asegura que la extracción de la resina es garante de una buena conservación y gestión de un pinar ecológico.

La resina es una defensa del árbol (de todos los árboles) a la herida que se le hace con el fin de curarla, la resina contiene sustancias cicatrizantes y desinfectantes.

La resina es un producto muy utilizado en la industrias, químicas,  farmacéuticas,   cosméticas...

Y todo esto dentro de la silvicultura, que es el cuidado de los bosques con fines económicos, pero en un pino aislado, en una calle de una ciudad no se qué sentido tiene sacar la resina de un pino que no es de nadie por ser de todos. Misterios.







viernes, 26 de julio de 2013

El empeño de Pilar (Callistemon citrinus)



Todos los días al entrar en la oficina recibo el saludo del romero (Rosmarinus officinales) , del evónimo ( Euonymus japonicus)  y del Limpiatubos. Antes también me saluda un pinsapo (Abies pinsapo)  cuyas peripecias puede que sean contadas otro día.

Los veranos son especialmente duros para todos, incluso para estas plantas que embutidas en grandes macetas de plástico luchan día a día por su vida.

Resisten mejor las elevadas temperaturas que pueden alcanzar los 45º al sol,  el romero y el evónimo, pero tanto el limpiatubos como el pinsapo sufren más.





Limpiatubos, Árbol del cepillo, Escobillón rojo, Limpiabotellas, es decir el árbol que científicamente se conoce por "Callistemon Citrinus".

Y cuentan de él:


El Callistemon citrinus es un arbusto que puede llegar a alcanzar los 4 metros de altura, pertenece a la familia de las mirtáceas.  Es oriundo de Australia y soporta bien el calor. Las espigas de sus flores pueden alcanzar los 10 centímetros y con un diámetro de hasta 7cm, lo que le da ese aspecto de limpiabotellas. Callistemon en griego significa estambre hermoso, y ciertamente sus rojos estambres conforman una flor bella y rara. Tiene un aroma que recuerda a los cítricos.


Es una planta que necesita mucho sol, no es exigente en cuanto a suelos y en verano necesita riegos frecuentes. En cambio sucumbe a las heladas, por lo que hay que resguardarla del riguroso invierno.

Sin embargo nuestro Callistemon a pesar de los riegos se fue secando progresivamente. Cuando me fui de vacaciones ya lo daba por muerto.

Regamos estas plantas mi compañera Pilar y yo, cuando una está de vacaciones la otra se responsabiliza de cuidarlas. Y tan concienciada estaba Pilar, que aún a pesar de ver la sequedad de la planta, todos los día la regaba abundantemente. 

Cuando regresé de vacaciones la pobre "limpiatubos" estaba amarilla como la paja y me confirme que estaba definitivamente seca. Pero  Pilar  ante el excepticismo general  seguía regando la seca callistemon.

Un buen día Pilar me lleva emocionada ante la planta y me enseña multitud de brotes verdes (mala sombra tuvo el político de turno en utilizar esa expresión tan bonita para contarnos cuentos chinos) que se desperezaban de la rama madre a la vida. 

Les confieso que sigo sin salir de mi asombro, porque con mis manos comprobé la sequedad de las hojas y del rigor mortis de las ramitas, pero a menudo en el reino vegetal la vida, nace de la muerte por chocante que pueda parecer. 











El arbusto Limpiatubos, Escobillón rojo, Limpiabotellas, Callistemon citrinus, ha revivido gracias al empeño de mi querida compañera Pilar, porque yo, ya había asumido su pérdida.

Es un arbusto muy común en jardines y calles, cuando vean las siguientes imágenes tomadas de la red, tal vez lo reconozcan y en cualquier caso, pueden admirar su original belleza.